"Cualquier mapa es un sustituto del espacio físico que pretende mostrar, construyendo lo que representa, y organizando la infinita y sensual variedad de la superficie terrestre según una serie de marcas abstractas, los principios de límites y fronteras, centros y márgenes. Tales marcadores pueden verse en las rudimentarias líneas del arte topográfico rupestre, o en las cada vez más regulares formas geométricas del tipo de las de la tablilla babilonia. Cuando esas líneas se aplican a la tierra entera, un mapa no solo representa el mundo, sino que imaginativamente lo produce. Durante siglos, el único modo de aprehender el mundo fue por medio de la imaginación, y los mapas del mundo mostraban, imaginativamente, qué aspecto podría tener ese mundo físicamente incognoscible.
Los cartógrafos no solo reproducen el mundo, sino que lo construyen."
En esta estimulante obra, Jerry Brotton examina la importancia de doce mapas, desde las representaciones místicas de la historia antigua hasta las imágenes vía satélite de la actualidad. Al recrear el lugar y las circunstancias en las que se originó cada uno de los mapas, muestra la totalidad de las perspectivas del mundo, el mar la perspectiva cristiana del mapa de Hereford datado hacia 1300, con Jerusalén en el centro, o la proyección de Peters de la década de 1970, que intentaba dar mayor relieve «al tercer mundo».
Aunque el modo en que representamos nuestro entorno está cambiando de nuevo, Brotton considera que los mapas actuales no son más definitivos ni los objetivos que aún no lo son: todas las ideas, los conceptos, la recreación, la configuración y la orientación de nuestra visión del mundo. Quien lea este libro no volverá a ver un mapa de la misma manera.