Conocíamos una primera edición de La sonata del bosque en la que los poéticos textos de Joaquín
Araújo iban acompañados de unas delicadas láminas firmadas por Regla Alonso.
Tundra Ediciones publica ahora una segunda edición, prologada por el poeta Luis
García Montero y acompañada por las esquemáticas pinturas, negros trazos de
aire oriental, de Juan Varela, que tampoco son malos padrinos. Araújo ha dicho
varias veces que este era su mejor libro y eso que debe haber publicado más de
cien. Son textos sosegados, sentidos, inspirados en la naturaleza, una forma de
panteísmo literario. Un bálsamo para restañar la crudeza de lo cotidiano.