Llevaba tiempo buscando un esquema sintético de la filogenia de los vertebrados, y no lo encontraba. Proliferan poco los esquemas claros y fiables de la sistemática animal. Por casualidad, me tropecé con El árbol de la vida de los vertebrados y en esta breve obra encontré exactamente lo que necesitaba: un esquema bien ordenado por el que movernos en la siempre complicada, a veces sorprendente y en ocasiones contraintuitiva clasificación biológica.
Ha cambiado mucho la sistemática de los seres vivos desde que se puso en práctica un binomio revolucionario. Por un lado, las secuencias de ADN como fuente de caracteres sobre los que basar la ordenación de los seres vivos. Y, por otro, la cladística como filosofía sistemática filogenética que busca la formación de grupos naturales. Sobre ambos principios reposan los árboles evolutivos recogidos en el libro, plagado de nombres novedosos si lo comparamos con esquemas más clásicos.
La clasificación de los organismos basada en sus secuencias genéticas arroja resultados que a veces no encuentran un soporte directo en los caracteres morfológicos. Esto es especialmente patente en los mamíferos y así nos lo hace saber en cada caso su autor, un gran experto en la materia. Puestos a pedir, echo de menos la inclusión en los árboles de los grandes grupos de vertebrados extintos. Aunque bien es cierto que su consideración llevaría a una amplitud no deseada y se perdería la coherencia resultante de los análisis de ADN. Como compensación sí que se alude a algún fósil en la introducción y ocasionalmente en los textos. Y en lo tocante a lo formal, las imágenes y los colores son muy agradables a la vista e invitan al manejo de libro.
En conjunto, un libro fácil de consultar, imprescindible para los amantes de los animales. Muy útil para estudiosos, aficionados y profesionales del mundo de los vertebrados, donde encontrarán sosiego ante las incertidumbres de su elevada diversidad.
Antonio Rosas
Profesor de Investigación del CSIC